LA SEÑORITA
RACIONAL (II)
Cat había sido ascendida solo tres días atrás. Ya tenía dieciséis años, por
lo tanto los profesores internos habían decidido promocionarla y convertirla en
la nueva aprendiz de asuntos externos. << Quién lo hubiera dicho. Yo, la
señorita racional como nueva aprendiz de relaciones exteriores. No sé que se
proponen pero haré bien mi trabajo>> En su nuevo trabajo debía coordinar
visitas, ayudar a la organización de eventos y lo más difícil, entablar una
buena relación con los nuevos alumnos para con el Centro. En los dos días que
llevaba trabajando de manera oficial de momento, no había hecho nada mal,
cumplía con los horarios e incluso disfrutaba de su trabajo. Hasta el momento
solo le habían encargado la coordinación de visitas y llevar la agenda de la
nueva jefa encargada de asuntos externos, Julliete. Había algo extraño en esa
mujer, siempre rondaba alrededor suyo y preguntaba cómo le iba la vida. Cat
decidió que solo era una mujer que pretendía ser simpática con ella aún siendo
su jefa. A parte tenía otros problemas más relevantes con los que mediar. Ele
seguía obsesionada con su plan de escape y ella cada vez tenía menos ganas de
participar en él, incluso habían discutido un par de veces sobre el asunto. Dos
días atrás, el mismo día en el que empezaba a trabajar, Ele había llegado
corriendo a su habitación para contarle la bestialidad que había hecho; le
contó toda la aventura que había llevado a cabo en la administración y para qué
le había servido.
-
Ahora podremos
obtener la información que necesitamos del exterior y cómo poder salir de aquí
Cat, ¿ lo entiendes? Pronto seremos libres. Le había comentado entusiasmada
Ele.
-
No entiendo porqué
te has arriesgado tanto solo para encontrar una contraseña que no parece ayudar
para nada a tú plan. No le encuentro la lógica… No le dio tiempo de acabar la
frase, Ele estalló en un frenesí de ira.
-
¿AHORA ES MI PLAN?
¡Cat tú estabas de acuerdo con llevarlo a cabo! ¿Qué pasa, ahora no quieres
huir? Si por un momento te pararas a pensar en lo que significa esto para mí y
pararas de buscar la lógica a todo. Ele realmente parecía dolida, pero su
arrebato continuó - ¿Sabes qué? Realmente no sé porqué me esfuerzo tanto en
algo que seguramente no se lleve a cabo. A veces pienso que mi único apoyo es
Pequemiau Cat. Y es un gato. Realmente estaba dolida, no había marcha atrás.
-
Ele, yo…
-
Si vas a decir algo
que me termine de destruir no lo hables, me marcharé y punto.
-
Solo quiero que
comprendas esto, yo no tengo nada y a nadie con quien ir fuera de este Centro.
Una vez fuera, me volveré a sentir tal y como me sentía nada más llegar a aquí.
Por una vez, Cat había hablado con el alma y había apartado la lógica por un
momento. No fue suficiente.
-
No lo entiendes
¿verdad? Ninguno de nosotros aparentemente tenemos nada fuera… pero hay algo
que sí tenemos. Nos tenemos a nosotros pero parece que no significa nada para
ti. Acto seguido, comenzó a llorar.
-
Ele, yo… lo siento.
Intentó establecer contacto corporal para poder mitigar la tristeza de Ele
pero…ya era tarde.
Ele
se apartó de ella, y se dispuso a marcharse dolida y llorando. Pero antes, sacó
de su bolsillo un papel doblado. Cuando Cat vio lo que era incluso sintió lástima,
nunca pena. Ponía lo siguiente:
PARA MIS GRANDES COMPAÑEROS DE
BATALLA, OS HAGO ENTREGA DE UNA INVITACIÓN A LA GRAN FIESTA DE INAUGURACIÓN DEL
NUEVO ABREVADERO DE LAS ALMAS. HOY A LAS 20:00H, YA SABÉIS DONDE.
El papel estaba decorado con
bellos estampados y las letras tenían un bello formato. Cat entonces comprendió
que no se celebraría y que algo se había roto. Lo peor era que no tenía ningún
apoyo. Sus compañeras de apartamento estaban preparando sus últimos exámenes y
Jandro no tenía suficiente tiempo para estar con ella entre los exámenes, las
prácticas, los castigos y Trevor, claro. Algún día tendría que tener una charla
con Trevor sobre el porqué de tanta absorción, se llevaban muy bien pero no
entendía algunas miradas o gestos que dirigía Trevor a Jandro. Lo único que
sabía es que Jandro disfrutaba de su compañía y, en parte, agradecía que
tuviera contento a su gran amigo.
Igualmente no quería pensar en
sus problemas, era su primera guía turística en el Centro y debía mostrar la
mejor sonrisa según Julliete. Según su encargada, la gruñona Lemore, con que
hiciera una buena guía le ponía su “puta estrellita” en sus notas y las dos
contentas. Realmente estaba emocionada, no sabía por qué, pero lo estaba.
Eran las once menos veinte y
los recién llegados llegarían a las doce. Su tour era básico, por supuesto, era
aprendiz. Solo debía enseñar lo básico, valga la redundancia. En una hora debía
mostrar las dos alas laterales muy por encima, y centrase en el ala principal.
El ala principal era otra cosa, tendría que enseñar la sala de administración,
las distintas clases, el pabellón deportivo, la secretaría del centro, los
despachos de los jefazos y por último la gran torre de la Biblioteca. No
tendría problema había organizado todo, y lo que ella organizaba nunca fallaba.
El día anterior ya había organizado toda la visita e incluso había pedido
información sobre los recién llegados. Quería que su primera guía fuera un
éxito, y lo conseguiría. Conseguir los horarios idóneos para las visitas no fue
difícil, pero la información de los recién llegados fue otra cosa. Incluso
había llegado a hablar con Julliete para conseguirlo.
-
Disculpe, mi
señora. Me agradaría poder disponer de la información de los recién llegados
para así conseguir una mayor eficiencia. Había dicho cortésmente, una vez le
había dado paso a entrar en su despacho y se había sentado.
El
despacho era simple, pero por algún motivo esa simplicidad le encantaba. Todo
ordenado, todo limpio y organizado y los colores del despacho hacían sentir
tranquilidad. Los muebles eran modernos y de gamas de color grises, blancas y
negras, le encantaba. Era amplio, aunque no estaba cargado de trastos,
simplemente lo justo. Por lo que sabía Cat, Julliete debía ser importante
porque tenía un despacho lujoso con terraza con vistas al horizonte del
acantilado y ventanas. Estaba situado en una de las torres centrales, la Torre
de la Moneda y en la parte más alta << Vaya, si está en la parte más
alta. Me ha costado subir al despacho una barbaridad y como es medio castillo
medio edificio no posee grandes instalaciones>>. El Centro tenía tres
Torres centrales, una más alta que otra y todas en el ala principal. La más
alta era la Torre del Centro, la siguiente era la Torre de la Moneda y la
última la Torre del Maestro. Por lo que sabía Cat, cada una estaba dominada por
los profesionales de cada sector. La Torre del Centro, los jefazos; la Torre de
la Moneda, los profesionales de finanzas, administración y relaciones sociales;
y por último la Torre del Maestro, donde estaban los maestros. Todas ellas
comunicadas entre sí, mediante puentes cubiertos estilo medieval. El Centro era
medio castillo medieval medio edificio moderno pero algunos accesos eran
realmente medievales. Los puentes cubiertos, cobertizos, salas de reunión y
algunas clases. Por otra parte poseía grandes instalaciones tecnológicas, la
Sala de Entrenamiento, el Pabellón Deportivo… y por no decir todos los recursos
de comunicación y sociabilidad.
-
Por favor, bastante
con que sea mitad castillo cómo para hablar de manera cortesana. Jajajaja. Rió
con ganas, pero notaba cierta melancolía en sus palabras, pero eso siempre
pasaba cuando estaban juntas.
-
De acuerdo Señorita
Julliete.
-
Eso está mejor. En
cuanto a lo que me has pedido no sé si está permitido, seguro que no pero
bueno…
-
Simplemente es
para… No llegó a acabar la frase, Julliete levantó una mano en señal de que
parara
-
Sí, te
entiendo Cat. El nombre lo decía de una manera tan solemne que daba miedo – El
caso es que no te preocupes, si tú no difundes por ahí lo que leas aquí no pasa
nada, haré la vista gorda
-
Muchísimas gracias.
Yo… se lo agradezco enormemente. Realmente estaba entusiamada.
-
Te lo agradezco yo
a ti, por parecerte tanto a mí. Otra vez aquella melancolía.
-
Supongo… que
gracias.
-
Puedes retirarte,
he de cumplir con mis menesteres. Se giró en su silla rápidamente, pero no lo
suficientemente rápido para que Cat no viera caer una lágrima.
Concluyó
que debía marcharse después de esa reacción. Algún día hablaría con ella largo
y tendido, como amigas y compañeras en la vida. Por alguna razón aquella mujer
le caía muy bien y no sabía por qué.
<<A lo mejor Ele lo
sabría, yo soy demasiado lógica, La Señorita Racional>> Sonrió por el
pensamiento que había tenido y revisó por enésima vez los informes de los futuros
recién llegados. Por suerte habían dividido el grupo en tres partes. En
principio eran dieciocho y a ella le tocaban seis de ellos. Empezó repasar el
informe.
Nombre: Vareon
Nombre: Marcia
Apellido: Ghiscaro
Apellido:
Larenze
Género: M
Género: F
Edad: 9
Edad:
10
Nacionalidad: Floriano Nacionalidad:
Bellaria
Lugar de procedencia: Flora Lugar de Procedencia:
Venizi
Habilidades: Luchador, estratega Habilidades: Arte
Departamento adscrito: Milicia Departamento adscrito: Artes y Diseño
Nombre: Virlomi
Nombre:
Aerys
Apellido: Sharma
Apellido: no-data
*Familia: Dinastía Sharma
Género:
M
Género: F
Edad: 14
Edad: 15 Nacionalidad: Libertoshi’i
Nacionalidad: Indashi’i Lugar de Procedencia:
Liberto’s
Lugar de Procedencia: Dhelir Habilidades: agricultura,
topografía
Habilidades: medicina Departamento(s)
adscrito(s): Topografía
Departamento adscrito: Medicina, tutor Jandro
Nombre: Brandon
Nombre: Esthela
Apellido: Blount
Apellido:
no-data
Género: M
Género:
F
Edad: 21 Edad:
25
Nacionalidad: Yuzcario (trabajador) Nacionalidad: Tolleri’i (esclava/tachado)
En las fichas que le habían
entregado faltaba mucha información y había algunas cosas tachadas pero aún así
a Cat le valía para su trabajo. Le había sorprendido mucho saber que la tal
Virlomi se convertiría en aprendiz de Jandro. Eso significaba dos cosas, Jandro
había ascendido y que ahora sería profesor tutor. También le había sorprendido
las nacionalidades, no había ninguna igual y tampoco conocía ninguna. En el
Centro solo enseñaban cultura antigua de Antes del Héroe, cuando aún existían
los continentes, países y demás. Por lo que sabía ella, todo lo había
averiguado recientemente, el mundo actual se basaba en unas cuantas repúblicas,
reinos o territorios independientes y alguna que otra monarquía. No sabía nada
más.
Ya no quedaba nada, eran las
doce y los nuevos ya estaban atravesando las puertas. La visita ya iba a
empezar. Se dirigió hacia los nuevos guiados por un guardia del Centro, Rhael, el
más simpático de todos. Llegó a donde estaban ellos, respiró hondo y dio un paso
adelante. <<Es el momento, bienvenidos al infierno que os debo camuflar>>
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