EL APRENDIZ
PRÓDIGO (I)
Hacía media hora que Jandro había acabado la práctica de anatomía del cuerpo
humano y diez minutos desde que había acabado el descanso, pero Jandro seguía
pululando por los pasillos del Centro sin saber qué hacer. Llevaba en el Centro
casi toda su vida ya que desde que era niño lo llevaron para que empezara sus
estudios como aprendiz de médico. A la edad de seis años ya tenía un talento
natural para el diagnóstico de enfermedades y su respectiva prevención, por
este motivo, según le habían contado, le integraron en un proyecto de
recolección de jóvenes talentos. Así pues, Jandro no conocía otro lugar que no
fuera el Centro ya que desde su integración en el proyecto no se le había
permitido la salida del recinto. Nunca llegó a saber el motivo de a qué era
debido esa prohibición, que no sólo había recaído en él sino en todos los demás
estudiantes del Centro. Tampoco le importaba dado que Jandro es un joven
adolescente con grandes actitudes que debía explotar al máximo sus capacidades,
o eso ponía en el parte de descripción de individuo colgado en su identificación.
El Centro está estructurado en
tres grandes alas: el ala principal estaba constituida por todas las clases,
laboratorios, bibliotecas y salas de estudios; las dos alas restantes estaban
situadas a cada lado del recinto principal y en cada ala se encontraban las
habitaciones de los integrantes del proyecto. Cada habitación está compuesta
por tres personas o como lo denominan los “jefazos”, individuos. Cada individuo
tiene su respectiva identificación en la que se marca el nombre y apellidos, la
edad y los estudios que cursa el alumno. Jandro ya estaba harto de cada mañana
ponerse la identificación antes de salir de su habitación cada mañana, puesto
que era necesaria para acceder a las clases y el resto de salas.
No había asistido a la siguiente
clase porque los “jefazos” le concedieron un permiso de ausencia por méritos
adquiridos. Realmente Jandro lo consideraba innecesario ya que si él no
quisiera asistir a clase no tendría porque ir, sabía que de todos modos
seguiría sacando excelentes y condecoraciones aún sin esforzarse.
Ya no sabía qué hacer, no sabía
si ir a su habitación, irse a la biblioteca principal a abstraerse un poco del
mundo terrenal o seguir haciendo lo que estaba haciendo, dar vueltas alrededor
de un pasillo cual pato gira en torno a su mamá pato. Al final se decantó por
la segunda opción y comenzó su camino hacia la biblioteca.
Mientras se dirigía hacia la
biblioteca se encontró con tres desconocidos, los cuales parecía que habían decidido
saltarse las clases y no parecían de buen humor. Pasaba directamente obviándolos
cuando, sin quererlo prácticamente, realizó su análisis clínico avanzado. Comenzó
su análisis:
<<El chico más alto de
todos ellos presenta una tez pálida y una infección subdesarrollada en una de
las comisuras de sus labios, puesto que no presenta ningún síntoma claro de
problemas bucales determino que es un herpes>> Se regocijó pensando en
que su análisis sería correcto y siguió con el siguiente caso. << La única
chica entre los tres no presentaba ningún síntoma pertinente de alguna
aflicción pero fijándome en sus uñas determino que seguramente tendrá un
problema de anemia y además la manera en que respira denota un principio de
alergia sintomático derivado del asma, tan típico de la primavera>>
Cuando acabó este segundo análisis ya empezaba a pensar que estaba desvariando
pero decidió acabar lo que había empezado y determinó su último diagnóstico. <<El
único que queda es un chico más o menos de mi misma altura que, curiosamente,
presenta la misma infección producida por un herpes en una de sus comisuras
labiales que la del otro chico>> Este caso le hizo reír dado que había
descubierto algo que mucha gente no descubriría tan rápidamente.
Finalmente llegó a la
biblioteca y se sentó en su territorio favorito: novela épica. No había nada
más a Jandro, respecto a la lectura, que una buena novela épica. Cogió uno de
sus libros favoritos titulado La Edad de
Los Héroes del famoso escritor Dante Calbano y comenzó a leer.
Cuando se quiso dar cuenta ya
había pasado el tiempo de permiso y seguramente llegaría tarde a la práctica de laboratorio así que decidió
marcharse a su habitación y aprovechar sus últimas horas del día charlando con
Cat y Ele, sus mejores amigas y por las que sentía gran aprecio.
Llegó a la habitación y cuando
quiso entrar encontró una notificación en el videomisor que le mandaba
urgentemente al despacho de Mundo, el subdirector del Centro. Mientras maldecía
su pésima suerte caminaba hacía el despacho del subdirector y cuando estuvo
frente a la puerta, se abrió de golpe y una Ele salió llorando sin dar tiempo a
Jandro ni siquiera de preguntar. Acto seguido Mundo mandó pasar a Jandro. Mundo
era un adulto de unos treinta años, alto, de piel morena y con el pelo corto.
Siempre iba bien arreglado y presentaba esa sonrisa que parecía ocultar algo
siniestro. Jandro nunca había podido realizar un análisis preciso de Mundo sin
saber porqué y por ello no le gustaba como persona, siempre parecía ocultar
algo…como el resto de los “jefazos”.
Mientras por enésima vez,
Jandro intentaba descifrar su rostro Mundo preguntó en tono airado:
- - ¿Cómo se te ocurre
faltar a la práctica final de laboratorio? -
- - Mmm… ¡Qué directo!
No digo que tenga que hacer un festín por mi presencia… pero, ¿un “buenas
tardes, Jandro” costaba tanto?- respondió Jandro con un toque de humor satírico
para quitar hierro al asunto.
- -Te he hecho una
pregunta, y quiero que la contestes.- Definitivamente Jandro comprendió que no
era día para hacer bromas.
-Simplemente se me
olvidó.- Ya en un tono más formal respondió Jandro.
- -¿Simplemente sabes
que te podemos expulsar por esto?- Espetó Mundo en tono hiriente.
- - No lo haríais, y en
caso de que lo hicierais no podríais encontrar a otro aprendiz prodigio como yo…
- - Más bien un
aprendiz pródigo, ya que malgastas todo aquello que te ofrecemos… algún día te
darás cuenta de todo lo que hemos invertido en ti y te sentirás como lo que
eres…no como lo que te crees que eres, niño estúpido-
- - Le juro que no
tenía intenciones directas de faltar a la práctica, pero creo que es innecesario
este aluvión de insultos hacia mi persona.., además, no creo que haya faltado a
tantas prácticas…- no llegó a acabar la frase.
- - Ciento diecisiete
prácticas en tres meses… ¡creo que ya es hora de que las recuperes!- Gritó
colérico -Mundo, nunca le había visto así…seguro que era a causa de Ele.
- - Pero…no me hacen
falta…- intentó excusarse
- - Lo sé, pero o todos
moros o todos cristianos, pagarás igual que el resto el castigo y la sanción
pertinente. A partir de ahora, te quedarás desde el fin de turno de tus clases
hasta la hora de dormir completando todas las prácticas que llevas acumuladas.-
Todo esto lo dijo con un toque de superioridad en la voz.
- -¿Cuándo empiezo?-
Se dio cuenta de que no podía ganar esa batalla y se vio obligado a resignarse.
- -Ahora mismo, en
unos momentos recibirás un mensaje en tu videomisor que te indicará tus turnos
y clases.
- - De acuerdo, tenga
una buena tarde señor.
- -Igualmente, Jandro-
Ya volvía a tener esa sonrisa siniestra otra vez, pero esta vez con un atisbo
de superioridad.
Dicho esto salió por la puerta
y acto seguido recibió el mensaje que flotaba en la pantalla de su videomisor:
SALA 12: LABORATORIO CLÍNICO 2 HORAS HASTA CIERRE SALA.
Abatido comenzó el trayecto
hacia la sala 12 donde le esperaba un arduo y aburrido trabajo.
Una vez había finalizado el
trabajo salió de Su Prisión, como había decidido llamar a la sala, y se
encaminó hacia su habitación ya sin ganas de hablar con alguien y con una
creciente necesidad de sueño. Llegó a la habitación, sus compañeros ya dormían
Trevor como si fuera un mono con problemas psíquicos y Booker, siempre tan
correcto hasta cuando dormía. Se tiró encima de la cama y rápidamente comenzó a
dormir.
Se despertó a las 6:00h una
hora antes de la primera clase. Miró el videomisor y el mensaje que flotaba por
la pantalla, le hizo sacar una sonrisa:
ATENCIÓN, ALERTA : BROTE DE ALERGIA RELACIONADA CON LA ÉPOCA DEL AÑO; 1 CASO REGISTRADO DE ASMA
Había vuelto a acertar, como
siempre.
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