LA DOMADORA DE
BESTIAS (I)
Ele se había marchado indignada del despacho y en su camino hacia su
habitación, en la segunda ala del Centro, arrolló a varias personas aunque
realmente no quería. Simplemente quería alejarse lo más posible de aquella
mísera persona que le estaba “obligando” a espiar a su mejor amigo en el
Centro. Mientras recorría los pasillos tan repletos de gente que ya había acabo
su horario, empezó a pensar en todo lo que le había pasado en menos de una
semana: primero dos castigos seguidos por desinterés civil, después varios
exámenes suspendidos y para rematar dos visitas al subdirector. Realmente ella
no sabía que hacía rodeada de todos aquellos genios; no encajaba… no tenía un
súper talento para sacar buenas notas como el resto ni servía para entender
complicados problemas; lo único que tenía era un talento, menospreciado por
cierto, artístico innato. Ele solo sabía que todo aquello que pasara por su
mente lo podría dibujar con tal similitud y aportar sus sentimientos en el
lienzo. Más de una vez, sus dibujos habían parecido tan reales que hasta sus
profesores de arte le decían que era imposible lo que ella hacía y por ello
siempre la suspendían. Otras veces suspendía porque simplemente era muy dada a
abstraerse y olvidar todo aquello terrenal y mundano, por ende, no podía
permanecer sentada delante de una teoría científica que no le interesaba. Aún
así ella tenía un talento que nadie más, nunca jamás, podría tener… o eso le
gustaba pensar a Ele.
Pasó cerca del sector donde se
encontraba Jandro, pero seguramente estaría cumpliendo aquel maldito castigo
con el único sentido de monitorizar su vida. Ele no llegaba a comprender por
qué estaban tan interesados en la vida de Jandro si ni siquiera le conocían
como persona humana, sólo como resultados y números. Ella sí que le conocía… Se
conocieron cuando Ele tenía ocho años y Jandro ya llevaba dos en el Centro. Su
padre había vendido su “inteligencia” a los del Centro o eso fue lo que le
había dicho un pajarito, literalmente. Aunque nunca lo comprendió aceptó la
idea de que su padre no la quisiese puesto que desde su nacimiento la había
odiado cual criatura del averno, sin ninguna razón aparente… o hasta donde sus
conocimientos llegaban. Cuando llegó al Centro conoció a Jandro y a Cat, que ya
eran grandes amigos, y comenzó a integrarse con ellos. Al principio, eran tan
diferente en comparación con el resto de alumnos o “individuos” como los
llamaban los profesores que no consiguió establecer relaciones con nadie, sólo
tenía a su gran amigo Pequemiau. Entonces fue cuando conoció a Cat, otra niña
que tenía algunos problemas de adaptación… <<Realmente Cat parecía una
niña rarita, sólo sabía argumentar todo lo que decías y llevarte la contraria…
me caía bien>>. Finalmente conoció a Jandro quien se convirtió en su
mejor amigo y en su vínculo con la demás gente del Centro, que merecía su
presencia. Desde que se hicieron amigos se convirtieron en uña y carne… a veces
discutían pero siempre era porque Ele tenía un modo de pensar en el mundo más
bien naturalista y Jandro más bien condicionado por el dolor de perder a su
querida hermana y a su madre. Ele no quería centrarse en lo negativo más bien
en todo lo contrario… la vida es un gran abanico de posibilidades.
<< Es curioso pensar que
al principio sólo éramos simples amigos y ahora nos conocemos tanto el uno al
otro que nos podríamos destruir mutuamente… es siniestro pensar eso pero a la
vez es algo bello…, nunca traicionaría a Jandro por mucho que quieran que le
espíe ya verán lo que el trío rebelde tiene pensado para esta panda de simios
misérrimos que solo piensan en mierdas>> El trío rebelde se formó años
atrás durante un periodo oscuro en el Centro. Un grupo de chicos, ya a punto de
conseguir su graduación en el Centro desaparecieron misteriosamente y nadie
quiso aportar más información. Entonces Jandro pensó en formar un trío para
investigar lo sucedido y todo lo que encontraron cambió su punto de vista sobre
el Centro y su objetivo para con él. En principio su objetivo fue el de
encontrar la respuesta a todas aquellas realizadas con el objetivo de saber qué
había pasado con aquellos estudiantes, pero cuando descubrieron la verdad su
objetivo cambió drásticamente y forjaron un pacto permanente, inmutable e
indestructible entre los tres para conseguir aquél objetivo y ahora se les
presentaba la oportunidad perfecta…
<<Después de tantos años
podremos por fin recuperar todo aquello que nos quitaron al entrar en este
Centro y lo recuperaremos a base de rebeldía y revolución>>
Ele ya había llegado a su habitación
después de haber atravesado varios pasillos en dirección a la segunda ala y
habiendo subido hasta el quinto piso en ascensor. Lo que más le gustaba era que
al vivir en el último piso de esa ala tenía una panorámica perfecta para lo que
ella quería: investigar y… espiar. Entró. Su habitación era bastante sencilla
pero bastante destartalada. Vivía sola en aquella habitación, otro privilegio
pero indispensable para ella. Su habitación se componía básicamente de una
litera en el lado izquierdo de la habitación y en la parte derecha se
encontraba su escritorio y su rincón favorito, al que le gustaba llamar: Abrevadero de las Almas. El Abrevadero de las Almas era una esquina
de la habitación que comunicaba directamente con la terraza a través de una
escalera, todo junto, el piso superficial y el mini-ático creaban el Abrevadero de las Almas, compuesto por
varios cojines cómodos y una mesita donde dialogar sobre los distintos temas
del trío rebelde, puesto que allí era donde celebraban sus reuniones
y donde habitaba su gran amigo Pequemiau. En invierno podían cerrar por la
parte de arriba el lugar y ponían dos estufas para calentarse mientras podían
ver las estrellas según Ele, las Almas la gente muerta.
Lo primero que hizo fue mandar
un mensaje a través de su videomisor para convocar una reunión de urgencia del
Trío Rebelde. Lo segundo subir al Abrevadero
de las Almas e ir a dialogar con Pequemiau. Puede que ella no sacara
buenísimas notas o no fuera tan inteligente formalmente hablando… pero Ele
podía dialogar con los animales e incluso meterse en su piel, durante un tiempo
pequeño, aunque era un arduo trabajo y la dejaba vulnerable durante la transferencia.
Como ya esperaba Pequemiau estaba repantingado en el sofá cojín destinado a su
majestad, como le gustaba que le llamasen… cosa que Ele no hacía claro… a no
ser que quisiera un favor, por supuesto. Pequemiau era una gato siamés con sus
colores característicos marrón, blanco y gris. Cosa que le hacía parecer muy
mono ya que le formaba un bigote de Ser blanco encima de su hocico y le
otorgaba una regia presencia. Lo único que le había contado sobre sus orígenes
es que él pertenecía a su madre y que estaba ahí para protegerla. Y
ciertamente, lo había conseguido con el paso de los años.
Ele se fijó en si estaba
dormido o no; lo estaba así que era mejor dejarle dormir mientras esperaba a
Cat y a Jandro, que esperaba que no llegaran tarde. Justo cuando lo estaba
pensando recibió un nuevo mensaje en el videomisor:
DE ACUERDO, ACABO DE SALIR DEL DESPACHO DEL SUBDIRECTOR LLEGARÉ
EN TRES MINUTOS EXACTOS, CAT
Fiel a su palabra, como siempre
llegó a la hora determinada. Tocó a la puerta y entró. Ele se fijó que tenía
una perturbación en la mirada como si algo le resultara extraño y a la vez
medio divertido…
-
Hola Cat, ¿te pasa
algo? No sé es que te veo rara… -
-
Ele, tu gato… está
haciendo cosas… emmm, no… qué demonios... ejem. – Dijo Cat, de manera
ininteligible y con la cara rosada de vergüenza.
-
No te entiendo pasa
algo con Pequemiau… - Se giró. El gato se había puesto unas bragitas de Ele y
estaba caminando imitándola aparentemente…- Mierda! Cat, es normal espera un
momentito que…- No acabó la frase, estableció comunicación telepática con
Pequemiau…
<< ¡QUÉ
DEMONIOS TE CREES QUE HACES! ¡Cat no conoce que te puedes comportar como
cualquier humano! Ni siquiera sabe que eres inteligente…. Maldita sea…¡Porqué
tienes que hacer estas cosas! Quítate las bragas y márchate>>
<<Ups!
Lo siento… me retiro… DOMADORA DE BESTIAS,
es ironía por si no te das cuenta, jejejejeje >>
<<
Márchate maldito felino…que vergüenza me haces pasar…>> El gato se marchó
corriendo… pero con las bragas.
-
Cat, ya sabes cómo
es mi gato de especial… espero que no… - No sabía cómo terminar la frase…
-
Esto… no te
preocupes, estoy, ejem, acostumbrada creo. – Dijo Cat con condescendencia.
-
Gracias por entenderlo…
ahora dime, ¿cómo ha ido? ¿Ya te ha contado la misión que has de cumplir? –
-
Sí, pero dime qué tienes
planeado Ele. Creo que aún no entiendo…-
-
Vayamos por partes,
primero esperemos a Jandro… luego comenzaremos con nuestro plan.
-
Sí. Pero… ¿le espiaremos?
Creo que no pero tus planes son… incalculables. -
-
Sí, sí que espiaremos pero no a quien ellos creen…
Tras mucho tiempo por fin habían
conseguido aquella oportunidad tan esperada… ahora solo quedaba que el plan de Ele
funcionese…
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