"Un lector vive mil vidas antes de morir. Aquel que nunca lee vive solo una..."
GEORGE R.R. MARTIN, Danza de Dragones

viernes, 15 de noviembre de 2013

Relato: EL APRENDIZ PRÓDIGO (II) (By Álex)

EL APRENDIZ PRÓDIGO (II)

-          ¿Cree que es conveniente darles tanto margen de ventaja?
-          Realmente me da igual y usted debería pensar lo mismo dado que el Centro los controla en todo momento… sólo una vez casi lo consiguieron aquellos individuos, pero como ya sabrá al final acabamos ganando nosotros. Como siempre.
-          De acuerdo pero sigo pensando que deberíamos tenerles más vigilados dado que son un trío excepcional y si sólo supieran de lo que son capaces…
-          Exactamente estamos llevando a cabo este plan con ese objetivo Señorita Descartes…
-          Le he dicho mil veces que no use mi verdadero apellido… para ellos sólo soy la profesora Julliet, y le puedo asegurar que no es nada fácil espiar y hacer estudios sobre tu propio descendiente Señor Grace.
-          Es cuestión de acostumbrarse… y de momento lo está haciendo bastante bien
-          Nos estamos desviando del tema… lo importante es que creo que en cualquier momento nos sorprenderán con alguna artimaña y lograrán su objetivo.
-          No sea tan pesimista. Están continuamente motorizados y en todo momento sabemos cuáles son sus planes; además como ya sabe… el Centro siempre gana o ellos mueren.
-          Oh! Es usted un hombre demasiado presuntuoso y siniestro… me gusta
-          Entonces demuéstrelo…

Por fin había acabado sus horas de castigo diarias, al menos de aquel día…
Salió ya cansado hacia su habitación cuando se le ocurrió mirar el videomisor, dónde en la pantalla refulgía un mensaje tal que así:

CONVOCADA UNA REUNIÓN DE URGENCIA, TE NECESITO JANDRO

Él sabía que cuando Ele le necesitaba es que había algún problema de por medio pero por su código de mejor amigo, como cuantas veces le había repetido Ele, era acudir rápidamente a la llamada de urgencia sin importar nada más. Pero antes creía necesario ir a su habitación para asearse,  Ele podía esperar… su higiene personal no. Así que empezó su recorrido hacia su habitación, al menos estaba cerca pensó. Mandó un mensaje para avisar de su tardanza y rápidamente se dirigió a asearse.

Mientras caminaba pensaba en qué demonios podría haber pasado para convocar una reunión de urgencia. Sabía que Ele, últimamente acudía demasiado a menudo al despacho del subdirector y que las otras veces que las había convocado era por alguna maquinación contra el Centro o cualquier cosa que estuviera relacionada. Realmente pensó que era un mal día para la reunión, Jandro estaba exhausto y eran uno de sus mejores días. Se cumplían diez años desde que no había vuelto a ver a su querida hermana ni a su madre. En este periodo de tiempo Jandro prefería estar solo antes que acompañado aunque Cat y Ele fueran un gran apoyo junto con sus demás conocidos. Muchas veces Jandro para quitar hierro al asunto se burlaba del aniverario denominándolo el aniversario de “llevardiezañosseparados” y así aunque seguía sintiéndose mal, hacía ver a su gente que tampoco sufría tanto.

Finalmente llegó a la puerta de su habitación mini-apartamento, abrió la puerta y se llevó una gran sorpresa… para variar todo estaba ordenado y limpio; incluso el rincón de Trevor y Booker con sus respectivas literas. La habitación era como un apartamento bastante simple: en un rincón del apartamento donde se encontraba una litera con dos camas, Trevor dormía en la de abajo y Booker en la de arriba; Jandro dormía en la cama individual junto a la ventana, en la parte más cercana a la terraza y de la salita. El apartamento igualmente, era bastante amplio teniendo así dos escritorios y una terraza bastante amplia. Cada rincón del apartamento estaba decorado con las cosas que les gustaban. El rincón de Trevor repleto de posters de distintos deportes junto con todas sus medallas, trofeos y condecoraciones; su favorito era la natación. El rincón de Booker tenía una estantería con figuritas de acción y diversos juegos junto con largas colecciones de anime y manga. Y el de Jandro se componía de dos estanterías contiguas junto a su escritorio personal donde se encontraban todas sus novelas y series favoritas. Cuando les asignaron su habitación de adolescentes a la edad de catorce fue cuando se conocieron; era un grupo bastante variopinto… un deportista de élite, un friki de los videojuegos y Jandro, un futuro genio de la Medicina. Pero aún con sus diferencias siempre se habían llevado bien. Sobretodo Trevor y Jandro, Booker siempre había ido más a su rollo pero igualmente se llevaban bien. Al pensar en Trevor recordó porqué estaba tan limpia y ordenada la salita… aquel día tocaba maratón de películas de acción con Trevor. No sabía qué hacer; Trevor cada año por esas fechas organizaba algo así para subir la moral de Jandro conociendo por lo que pasaba y ahora llegaría el malévolo de Jandro y le diría que no iba a poder ser, que prefería irse con sus amigas. Realmente se sintió horriblemente mal, pero esperaba que lo comprendiese. Redactó una nota y se la dejó a Trevor en la mesita de la sala, al lado del conjunto de pelis que había recolectado. La nota decía así:

Lo siento pero terriblemente no puedo quedarme a ver contigo el maratón de películas, tengo que ir a junto de Ele a ayudarle con un asunto. Espero que lo comprendas, mañana seguro que podremos hacer el maratón.
 Saludos, Jandro

Acto seguido se metió en el cuarto de baño y se desnudó para luego meterse en la ducha con agua fría que le ayudaba a refrescarse tanto mentalmente como corporalmente. Y entró en trance, como cada vez que se metía en la ducha y comenzaba a filosofar… Ya hacía diez años que no veía a su hermana y realmente su mayor deseo era encontrarla y decirle cuán había cambiado su vida y así contarse todas esas experiencias vividas, como hacían los de la televisión. Además, el mero hecho de que su hermana y su madre estaban por el mundo, le daba un motivo para luchar y seguir adelante.

Acabó la ducha se secó con la toalla y salió con ella puesta del baño para recoger su ropa en su cómoda al lado de su cama. Al salir del baño se encontró con Trevor. << Tierra trágame, por qué demonios me pasan estas cosas a mí>> Sin disimulo saludó a Trevor y se encaminó hacia su cómoda.

-          Jandro, no hace falta que huyas… lo comprendo. Sé que hoy no puedes, ya será otro día. – Dijo Trevor en un tono un poco hiriente. Su voz sorprendió tanto a Jandro que se le calló la toalla y quedó totalmente desnudo.
-          Gracias por comprenderlo Trevor, mañana te prometo que recuperamos el tiempo perdido de hoy…- Algo había hecho mal, Trevor había puesto unos ojos como platos y parecía enfurecido por el color rosado de sus mejillas. En un primer momento, no se había dado cuenta pero su ojo clínico comenzó a activarse:
<< Tiene los hombros caídos… esto significa abatimiento además su postura es un tanto rígida; se siente incómodo. Parece cansado pero aparentemente no tiene ningún problema de salud pero todavía no consigo descifrar esa mirada y esos mofletes tan colorados… ¿tan enfadado está?>> Se acercó a él corriendo y le dijo:
-          De verdad, que lo siento pero no podía ser… no te enfades. No es para tanto.- Dijo Jandro inseguro. Acto seguido le dio un abrazo amistoso, se marchó a recoger su toalla y a vestirse.
<< Se ha quedado parado y con una mirada perdida… creo que esta vez le he hecho daño. No tenía pensado esto… Espero que al menos me perdone>>

Una vez vestido, se arregló mínimamente bien y se encaminó hacia la salida. Se despidió de Trevor pero estaba duchándose.

Mandó un mensaje a Ele diciéndole que ya iba de camino, sólo había pasado media hora… tampoco llegaba tan tarde ¿no? Jandro recordaba que a Ele una de las cosas que menos le gustaban era la impuntualidad y deseó que no se lo tuviera en cuenta, igualmente aumentó su marcha. Sólo quedaban dos horas para que apagaran las luces así que tendrían tiempo para hablar largo y tendido. Recorrió los largos pasillos que comunicaban la ala 1 con la ala 2 y cogió el ascensor hasta llegar al quinto piso. Durante su recorrido llegó a diagnosticar dos casos leves de alergia, uno caso de catarro común, algún moretón causado por algún golpe y poco más.

Finalmente llegó frente a la puerta de la habitación de Ele y llamó a la puerta. La habitación de Ele era especial, aparte de que tenía una personalidad notable también era bastante rústica en comparación con el resto del edificio. Además tenía El Abrevadero de las Almas que aparte de ser invención de Ele, pocos tenían una habitación que comunicara con una parte del ático. Le abrió Cat, se saludaron y ella le dijo que se encontraban en el Abrevadero de las Almas dialogando sobre aquella urgencia tan repentina. Jandro atravesó aquella habitación tan especial y llegó finalmente a su destino. Pequemiau no estaba, aquel cabroncete le caía bastante bien y según lo que parecía era un gato bastante inteligente.

-          Jandro, ponte cómodo… hay bastantes temas de los que hablar.- Dijo Ele en un tono bastante satírico y burlesco. Jandro se acomodó en su sofá-cojín favorito y comenzó la conversación.
-          De acuerdo; espero que sea importante he dejado tirado a Trevor en nuestro apartamento y tenía planeado un maratón de películas de acción…
-          Sí, sí que es importante. Ele tiene otra vez uno de esos planes maquiavélicos contra el Centro.
-          No son tan maquiavélicos pero… sí, ¡sí que tengo un plan!- Dijo Ele entusiasmada.
-          No otra vez no… Ele realmente, ¿te rendirás algún día?- Dijo Jandro en un tono cansado y con desinterés.
-          No, ya os lo he dicho y firmasteis un código de la amistad para crear este grupo y debemos apoyarnos… ¿Os lo tengo que recordar otra vez?
-          No, Señora.- Respondieron al unísono Jandro y Cat. Acto seguido se empezaron a reír todos por la graciosa situación.
-          Venga chicos, seriedad…- Dijo Ele seria.
-          Me cuesta mucho oírte diciendo eso Ele.- Dijo Cat aún riéndose.
-          Lo mismo digo.- Corroboró Jandro.
-          Es que esta vez es serio…por fin tenemos nuestra oportunidad para perpetrar nuestro plan. Explícaselo tú Cat, creo que si lo explicas tú le dará credibilidad al plan.- Dijo Ele realmente seria. Esta vez Jandro se fijó en su cara, se le notaba un determinismo que raras veces había visto en la cara de Ele que le dio credibilidad de inmediato.
-          O.K. Empezaré por el principio….- Cat contó a Jandro todo el asusnto del espionaje que les habían pedido con todos los detalles posible y continuó explicando el plan:
-          Como ya habrás  observado, se nos presenta una oportunidad clara para poder fugarnos del Centro. Ahora tendremos acceso a un montón de información clasificada que podremos usar en su contra y así escapar.-
-          Sí, lo había entendido. Realmente es una gran oportunidad para poder usarla en nuestro favor, pero encuentro que es demasiado raro que de repente os dejen actuar con vuestros métodos mientras me espiáis. ¿Vosotras no?
-          Claro que sí, pero igualmente el trío rebelde les puede ganar. Este es nuestro terreno y no el suyo, además tenemos todas las de ganar… nos dejarán las claves de acceso y Cat podrá codificar todos sus archivos y así saber qué pasó con aquel grupo.- Dijo Ele completamente convencida de si argumento.
-          De acuerdo, Cat ¿estás de acuerdo tú  también?
-          Sí, creo que es una buena oportunidad pero creo que necesitamos más motivación aparte de querer huir.
-          ¿Quereis motivación? Yo os daré motivación… este Centro no nos ha dejado ver el mundo exterior… llevamos encerrados aquí desde que vinimos. Lo único que sabemos es que el Centro está en la cima de una montaña, de no sabemos dónde. Por no hablar de que estoy segura de qué queréis saber que pasó con vuestras familias ¿verdad?..- Y así continuó hasta que los convenció definitivamente a base de su dialéctica capaz de vender arena en el desierto.


Al final del día Jandro ya no podía más… llegó exhausto justo antes de que pagaran las luces a su habitación y se tiró a la cama para dormir. Se dio cuenta de que tenía un nota pegada en la cama. Era de Trevor. Mañana, maratón de pelis ponía. Esto hizo que Jandro se durmiera definitivamente, esta vez con un pretexto feliz: por fin podrían huir del Centro y además tenía verdaderos amigos a su alrededor. Además… estaba a 365 días menos de recuperar el tiempo perdido con su hermana. ¿O no? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario